SAL DE AÑANA SPRAY envase de 300ML.
6,30€ IVA incluido
El origen de la sal de Añana.
Los salineros aprovecharon la riqueza aportada por el manantial que resurge en la valle desde hace milenios. Crearon estructuras, canales y pozos para encauzar la salmuera con la que rellenan las eras.
En estas plataformas, usando solo el sol y el viento como ingredientes, el agua se evapora, dejando tras de sí la sal. Así, aflora de las profundidades el mineral puro en grano, que esperar lo mínimo posible, para que los brazos de los hombres y mujeres del valle lo recojan sin ayuda de maquinaria alguna en la época de mayo a septiembre.
1. Llenado de las Eras
Se vierten entre dos y cuatro centímetros de salmuera en las plataformas, para exponerla al sol y al viento. Esto se hace desde los pozos, usando formas y herramientas adaptadas a las necesidades de la granja del salinero.
2. Cristalización
Se produce en las cuatro horas siguientes. Comienza creándose una fina tela sobre la salmuera, que con el tiempo se rompe en partes llamadas flores de sal. Si es lo que se busca producir, se recogen con herramientas específicas que evitan romper estas escamas. Si lo que se busca es la sal mineral, se remueve para que caiga al fondo de la era y lograr que cuaje de manera uniforme.
3. Riego
Se acelera la cristalización revolviendo de nuevo la salmuera con el rodillo. En las eras donde se hayan quedado zonas secas por sus irregularidades en la construcción, se riega salmuera precalentada en pequeños pozos, para no cortar el proceso de evaporación natural.
4. Recogida de la Sal
El producto se recolecta cuando todavía queda algo de agua, con el objetivo de que la sal de someta a un último lavado. Se forma un montón en el centro de la era, que luego se introduce en cestos de madera de castaño, donde se deja un poco de tiempo para que escurra el líquido sobrante.
5. Almacenaje
Almacenaje. La sal ya escurrida se introduce en los almacenes de las granjas, bajo las eras.
SAL DE AÑANA SPRAY envase de 300ML.
La sal de Añana spray en envase de 300ml. es una sal única por su origen natural, por su forma de extracción y por su historia. La Sal de Añana es una de las mejores y más puras del mundo. Carece de los microplásticos tan abundantes en el mar, y no ha sufrido contaminación alguna por su escaso contacto con la polución ambiental y el nulo acercamiento de maquinaria o vehículos que la estresen o manchen. Sus ingredientes son sal, viento y sol, no cuentan con ningún tipo de aditivo, como los blanqueantes o antiapelmazantes presentes en otras sales, ni los correctores de sabor necesarios para contrarrestarlos.
Esto lo convierte en un producto único en calidad, con el doble de oligoelementos que el resto de sales. Único en su historia y en su respeto por la naturaleza y la tradición.
EL VALLE SALADO DE AÑANA
La Sal de Añana es el oro blanco “cultivado” en el valle de Salinas de Añana, en Álava, proveniente de un manantial de agua salada de interior. En la que es considerada como la producción de sal en activo más antigua del mundo, los salineros son los herederos y propietarios de las eras de sus antepasados y de la forma milenaria de extraer la sal con medios, costumbres y procesos totalmente artesanos.
El valle salado está nombrado Patrimonio Agrícola Mundial por la Unesco, y es que este increíble paisaje mezcla la geografía única del lugar con el saber de 7000 años aprovechando la naturaleza y encauzándola con piedra, madera y arcilla. El manantial que baña el valle salado tiene su origen en un vestigio del mar de Tetis, un océano que cubría hace 200 millones de a os lo que hoy es parte de la Península Ibérica. Quedó bajo la zona una bolsa sólida de sal pura que hoy es atravesada por el agua subterránea, que emerge en tres manantiales en el Valle, repleta del oro blanco que arrastra con ella, ya como salmuera.
ARQUITECTURA DE LA SAL
La arquitectura de la sal que se ha generado en el Valle de Añana es fruto de los miles de años de experiencia de sus gentes. No nace del saber académico ni de la planificación, lo hace y lo hizo de las necesidades y el paso de los años, de la búsqueda de soluciones para abrazar la naturaleza y aprovecharla al máximo con todo el respeto posible. Así nace una arquitectura insólita, anónima, popular y tradicional con los materiales del entorno: piedra, madera y arcilla.
MANANTIALES Y CANALES
Los manantiales son surgencias en la superficie de la salmuera, es decir, el agua cargada de sal proveniente del subsuelo. La suministra de manera natural y continua, por lo que no se necesitan perforaciones ni bombeos. Hay un gran número de ellos, pero sólo cuatro: Santa Engracia, La Hontana, El Pico y Fuentearriba, son aprovechables; por su caudal permanente y su grado de salinidad cercano a la saturación.
Desde el manantial, el transporte del agua salada se realiza de manera continua y por gravedad a través de una red de canales llamados royos, troncos de madera de pino estructurados por el valle para que la salmuera llegue a su destino, los pozos.
POZOS, ERAS Y ALMACENES
Los pozos hacen de depósitos en las granjas de sal, que son el conjunto de eras propiedad de un mismo salinero. La distribución de la salmuera en ellos está estipulada por el “Libro Maestro” que vela por su justa repartición, respetando el medio natural y buscando tener materia prima para las labores de producción de sal entre mayo y septiembre.
La obtención de la sal se basa en la evaporación natural del agua de la salmuera. Se vierte el agua salada en las eras, unas plataformas horizontales que se adaptan a la orografía en forma y altura dando lugar a complicadas figuras por todo el Valle.
Los espacios que se crean debajo de las eras se aprovechan como almacenes de sal de la producción de los meses hábiles. Al acabar estos, será transportada para su envasado.



